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Tomar las tradiciones implica también mostrar los colores de los mexicanos, por ello los murales eran un juego de colores fuertes, llamativos, contrastantes como lo podemos observar en los vestidos, mercados, flores y, en general, la cotidianeidad de las personas comunes y corrientes. De tal manera que los amarillos, rojos, verdes, anaranjados llaman nuestra atención al ser contrapuestos con los tonos negros, azules y cafés. |
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A través de este movimiento pictórico se pretendió cimentar el orgullo de pertenecer al ser mexicano a través su interpretación de lo que había sido la historia de nuestro país. Da a conocer los orígenes y raíces para explicar los sucesos cercanos a su vida y las consecuencias que tuvieron para el pueblo. Por ello, pintaron escenas de la historia prehispánica, colonial, del siglo XIX de la Revolución Mexicana y del periodo posrevolucionario. |