Dramática

 

   
 

El teatro es un género literario que se originó asociado a las representaciones mítico-religiosas de todas las culturas. En el caso de la cultura occidental, se inicia en la Grecia Antigua unido a las celebraciones en honor a dioses agrícolas como Deméter (diosa de las cosechas) y Dionisio (dios del vino). En éstas se actualizaba un ritual que tenía una repetición cíclica, y en el que se mezclaba la música, el canto y las voces del pueblo que se pintaba el rostro y bebía vino. Los himnos cantados en honor a Dionisio recibían uno de los nombres con que se le invocaba: ditirambo.

   
 

El escritor de obras dramáticas, a quien se le llama dramaturgo, tiene como  intención estética presentar una tesis a través de un tema que desarrolla representando el mundo objetivo mediante la acción, en la cual va inmersa su visión del mundo. Todos estos aspectos se manifiestan a través del carácter del protagonista al que le concede una voz y un gesto que se actualizan en la puesta en escena.

   
 

Acción

 

La acción dramática se desarrolla en un espacio y en un tiempo específicos. Con relación al tiempo, hay dos formas del tiempo identificables en el teatro. El primero es el tiempo de la historia, que son los años, meses o días en que transcurre la historia, y el tiempo de la acción, que se da cuando se representa la obra desde el inicio del conflicto hasta su desenlace, entre 45 minutos y tres horas, aproximadamente.

   
 

En un texto teatral, la historia puede situarse en el pasado o en el futuro, pero la acción dramática siempre se presenta como actualidad para el espectador. Esto significa que se resuelve a través de la acción dramática  desarrollada por los protagonistas.

   
 

La acción en una obra teatral está organizada en torno a momentos significativos: la exposición, en la que se presentan los personajes, sus situaciones y una entrada a sus conflictos; el nudo es el momento en que se desarrollan los conflictos entre las voluntades enfrentadas; el clímax es el momento de mayor tensión entre las fuerzas enfrentadas y el desenlace, momento en el que se soluciona positiva o negativamente el conflicto para el protagonista. Esto sucede, cuando una de las fuerzas enfrentadas vence; pero lo anterior no significa que la fuerza que gana la batalla representa la tesis del autor, sino que fue más fuerte que la otra, y aunque el protagonista sea vencido, su carácter con el cual el receptor de la obra se identificó puede lograr la toma de conciencia del conflicto y la injusticia que cometieron con él quienes lo juzgaron

   
 

Por ejemplo, cuando Sófocles escribió Edipo Rey,  su posible tesis era mostrar que el ser humano no puede sentirse seguro ni de su poder, ni de su inteligencia porque todo depende del destino y de los dioses que son crueles e injustos. Tema que podríamos resumir en el destino es injusto. Edipo resulta vencido por el destino, pero quien lee o presencia la obra se identifica con su dolor porque su carácter es el de un hombre justo y bueno que tuvo sólo un momento de ira, y esto permite la toma de conciencia de lo injusto del destino. Así, podemos concluir que la tesis del autor se manifestó en el tema antes mencionado y fue representada por el protagonista vencido.

   
 

Gustave Moreau, Edipo e la Sfinge (detalle). New York, Metropolitan Museum of Modern Arts.
Tomado de: http://chimera.roma1.infn.it/mythology.html

   
 

Personajes

 

Entre los elementos básicos de una obra teatral podemos mencionar los personajes que son los seres imaginarios que desarrollan la acción y manifiestan una actitud que puede calificarse como de bondad, maldad, avaricia, egoísmo, etc.

   
 

Los personajes de una obra dramática están situados en un contexto específico con datos del lugar y la época en que se desenvuelven y aparecen en crisis motivadas por los conflictos y situaciones extremas entre dos voluntades que se enfrentan. Deben emplear un lenguaje adecuado a su carácter, condición social y temperamento, lo cual se articula con el discurso directo en el que se manifiestan: sentimientos, afectos, ideas y emociones.

   
 

Éstos pueden clasificarse de diferente forma, por ejemplo, por su grado de importancia en la acción y su relación con otros. Son: principales o protagonistas (encargados de realizar las acciones más importantes y representan la tesis del autor), secundarios o antagonistas (permiten destacar al protagonista y dependen de éste para oponerse a sus propósitos y son contrarios a la tesis del autor) y ambientales (casi nunca hablan, sirven de fondo y siempre son numerosos; pueden ser pescadores, comerciantes, etc.).

   
 

También se clasifican de acuerdo a sus relaciones con la sociedad: carácter (representan un grupo social y tienen una identidad compleja y contradictoria, que puede ser cerebral, visceral, cordial; tiene trayectoria y sufre cambios importantes durante la misma), tipo (presentan conductas establecidas y reconocidas socialmente y que generalmente ejercen un oficio o profesión; se reconoce fácilmente por su vestuario y actitudes).

   
 

Texto

 

El texto dramático representa la vida a través de acciones humanas que se oponen y dan origen al conflicto. En él se presentan las circunstancias en que se produce y las voluntades que se enfrentan, las cuales conducen a un desenlace.

   
 

Se caracteriza por su brevedad y concentración, de tal manera que sólo aparecen los aspectos más importantes para manifestar el conflicto, por lo cual no se cuentan los sucesos. Así, la acción avanza directamente al conflicto sin desviarse en juicios o comentarios, y mantiene la tensión con cambios repentinos (peripecia) para lograr el interés del oyente.  

   
 

Formas expresivas

 

La obra dramática desarrolla la historia mediante el diálogo de los personajes quienes emplean el discurso directo en sus parlamentos. Éste, también puede presentar la forma de monólogo (un personaje habla consigo mismo en voz alta) o soliloquio (un personaje habla, pero su discurso no se dirige a nadie en particular). Estos discursos pueden adoptar la forma del verso o la prosa

   
 

Representación y puesta en escena

 

Un texto dramático está escrito con el propósito de ser representado ante un público. Los personajes y el espectador coinciden físicamente, puesto que la historia se desenvuelve frente a él por medio del diálogo entre los actores, y está orientada hacia el espectador como receptor del mensaje.

   
 

Para efectos de su representación, el escritor de una obra teatral coloca indicaciones o  acotaciones en las cuales indica los gestos que deben adoptar los personajes, el escenario, su distribución, la ubicación del mobiliario y la decoración. También sugiere el vestuario y la actuación.

   
 

Estructura externa

 

Una obra dramática presenta una estructura formal externa para orientar su puesta en escena y esta se divide en:

   
 

Teatro griego

   
 

Actos: la división de las obras dramáticas y su inicio y término pueden coincidir con los momentos en que se presenta la exposición, el nudo y el desenlace (como sucedió en la antigüedad cuando las obras tenían 3 actos). Están determinadas por las acciones de los personajes principales, se pueden identificar en el momento en que se baja el telón, y en la antigüedad, cuando aparecía el coro. William Shakespeare agregó dos actos más a sus obras.

   
 

Teatro Isabelino

 

 

 
           
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