El muralismo mexicano

   
 

Al finalizar el movimiento armado de 1910, el país se encontraba agotado por la guerra civil, su situación de país pobre y analfabeta estaban presentes. En ese sentido, los dirigentes políticos de ese entonces, entre ellos el encargado de la Educación Pública, José Vasconcelos y otros intelectuales destacados como Manuel Gamio, consideraron urgente acercar al pueblo a los valores por los que se había luchado en la Revolución. La educación y el arte fueron los medios utilizados en la reconstrucción de la nueva sociedad.

   
 

Se vio en el arte mural una herramienta útil para reafirmar las nuevas visiones con las que se pretendía conducir al país: lo nacional, lo popular y lo revolucionario.

   
 

Se parte del concepto de una nación homogénea que aglutinaría lo étnico, lo cultural y lo político en donde se resaltarían los valores del indigenismo y del pasado prehispánico.

   
 

Cabe destacar que la Revolución mexicana, una de las primeras revoluciones del siglo XX, fue no solamente un movimiento armado, sino que requebrajó el orden político, social y cultural del Porfiriato. La participación de numerosos contingentes de campesinos que lucharon y murieron por alcanzar una situación social distinta, hizo que el concepto de pueblo se ampliara a una parte de la sociedad que anteriormente había quedado marginada y que en el transcurso del siglo XX, obtuvo mayore representación tanto en movimientos sociales, como en la toma de las decisiones políticas.

   
 

Ahora el ciudadano, de acuerdo con la norma constitucional, era aquella persona mayor de edad que tuviera la capacidad para participar en la toma de decisiones, podía elegir o ser electo para ocupar algún cargo público. Se reconocen sus garantías individuales, su derecho a la educación gratuita y laica, así como el respeto y protección de su trabajo. En este sentido, la Constitución de 1917 era liberal y de avanzada con respecto a otras. Sólo que todavía faltaban elementos para educar a este nuevo ciudadano para que pudiera ejercer sus derechos y hacerlos efectivos, sobre todo en nuevo sectores, como el de las mujeres. Se tenía que romper con los viejos esquemas de tutela y omisión, lo importante era que, aunque fuera en el papel, los derechos de estos nuevos ciudadanos estaban plasmados.

   
 

En este contexto los artistas plásticos buscaron a través de su labor participar de las nuevas condiciones sociales y políticas del país e impulsar cambios en la mentalidad de la sociedad mexicana.

   
 
           
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