El legado de la Revolución Francesa

   
 
  • El lugar de la religión y la sociedad civil es otro de los aspectos que la Revolución transformó de manera irreversible. Anteriormente, el rey no lo era hasta que no se le confería su carácter sagrado, y de ahí la simbiosis entre religión y política y la alianza entre la Iglesia y el Estado. Este orden de cosas se modifica a tal grado que se promulga Constitución Civil del Clero, logrando que la Iglesia perdiera su status, que sus bienes fuesen confiscados, las órdenes religiosas disueltas, que haya sido despojada de sus atribuciones en la sociedad civil, que se suprimiese el pago de diezmos  y que se decretase la libertad de culto. La Revolución extendió sus principios a los territorios sometidos por el imperio napoleónico, logrando que por primera vez las sociedades modernas tuvieran la experiencia de una separación radical entre lo religioso y lo político, entre la Iglesia y el Estado, aun a pesar de que el mismo Napoleón haya firmado el Concordato con la Iglesia.

     
     

    En México, entre 1860 y 1861, se aplicaron las Leyes de Reforma, entre las cuales cabe destacar, como muestra de la política laicista de Juárez, la reducción del poder de la Iglesia católica mediante la nacionalización de propiedades eclesiásticas.  En la caricatura se muestra, cómo amparada en la Constitución de 1857, desafía la nacionalización.

     
  • En el orden social, apenas iniciado el ciclo revolucionario, éste acaba con los restos del feudalismo y el Antiguo Régimen, al abolir los derechos feudales, las restricciones económicas, los gremios y los monopolios. La nueva sociedad se definirá esencialmente por la libertad del individuo, la igualdad jurídica y la iniciativa individual, se vuelve hostil a las asociaciones por pensar que eran una traba a la libertad, y mantuvo en esa posición hasta 1901, cuando finalmente se amplía el derecho de asociación. Anteriormente, la ley sindical de 1884 no reconocía más asociación que la de los profesionistas. En ese mismo sentido, la revolución dio lugar a la igualdad civil, por lo que la ley no reconocería más que la igualdad de sus ciudadanos y todos tendrían los mismos derechos y obligaciones, así como la oportunidad para acceder a los empleos civiles y militares. Este cambio es también notable si hacemos la comparación con el Antiguo Régimen, donde cada orden tenía sus privilegios o títulos nobiliarios, los cuales fueron abolidos, al igual que los derechos señoriales y los tribunales de justifica señorial y eclesiástica.

     
     

    Trabajadores sindicalizados protestan contra las medidas gubernamentales en Kolkata el miércoles 20 de junio.  Más de 60 mil se congregaron en un mitin donde los oradores criticaron las políticas de privatización de las compañías estatales.- Reuters .  The Tribune. On line edition, 20 de junio de 2006.

     
  • No obstante lo anterior, la clase social más beneficiada fue la burguesía, y desde el inicio del proceso revolucionario. En las asambleas, constituyó el grupo mayoritario y será el que más se beneficie con los nuevos mecanismos para participar en las elecciones y para adquirir los bienes que se pusieron en venta. La burguesía pasará al formar parte de la clase gobernante que se encargará de dictar libertades económicas (libre empresa, libre comercio) favorables al desarrollo de la industria y el comercio. La gran masa de gente trabajadora en el campo y la ciudad siguió subsistiendo como antaño y tuvieron que pasar algunas décadas antes de que fuesen integrados a la incipiente industria.

     
     

    Familia burguesa. En el ámbito de lo privado, la familia ocupó un lugar muy importante en la vida del hombre del siglo XIX. Fue una institución donde la figura principal era el padre. Debajo de él se organizaba toda una jerarquía de inferiores (mujeres, niños y criados). Todos los integrantes de la familia debían obediencia al padre. El papel de la mujer era secundario, su actitud tenía que ser débil y pasiva, y su obligación era ocuparse de los niños y de las cosas de la casa. La familia burguesa debía ser ejemplo de vida armoniosa y respetuosa de las jerarquías. Para el burgués, la familia representaba el contraste con la realidad externa difícil y competitiva.

     
  • En relación con la organización administrativa, la Revolución sentó las bases para la reorganización del territorio en departamentos, distritos y cantones en lugar de las antiguas intendencias. La uniformidad de la administración pública mediante la creación de un sistema nacional de moneda y pesas y medidas con la adopción del franco como moneda y el sistema métrico  decimal; la fijación de tasas fiscales de acuerdo con el monto de ingresos de los contribuyentes y, la transferencia del poder a las administraciones locales, si bien , la invasión extranjera y la guerra civil obligan al gobierno a restablecer la centralización y a establecer el pago contribuciones o impuestos que tuvieron vigencia hasta la Primera Guerra: contribuciones sobre las propiedades de bienes raíces, sobre el comercio (patentes), sobre los ingresos distintos a los de las tierras o el comercio y sobre las puertas y las ventanas. Napoleón concluiría la tarea al poner en marcha las bases de la administración moderna, centralizada, jerarquizada, racional, uniforme, eficaz, aunque con un numeroso cuerpo de funcionarios que conformarían un nuevo grupo social. Ese modelo sería asumido también más allá de Francia, durante el Imperio.

     
     

    FEl sistema métrico decimal fue introducido y adoptado legalmente en Francia en la década de 1790, durante el gobierno de la Convención Nacional y adoptado después como sistema común de pesas y medidas por la mayoría de los países.

     
  • La unidad administrativa de Francia se sustentó con una cultura política de ciudadanía y la veneración de héroes nacionales sacados de la antigüedad o de la propia lucha revolucionaria. Por primera vez se concibe al Estado como representante de la nación, idea que en ese entonces se entendía como el conjunto político formado por los ciudadanos de un país, sujetos fundamentales de la soberanía política, movidos por los mismos intereses. Así, la nueva organización de Francia queda marcada por el epíteto nacional: Asamblea Nacional Legislativa, guardia nacional, «representantes de la nación» y también gendarmería nacional. Los ejércitos, las levas se formaron en nombre de la nación para su defensa y el soldado que participa con Napoleón es concebido como un soldado ciudadano que va en nombre de la nación y la Revolución, que cambia su inexperiencia militar por el heroísmo.

     
     

    Una herencia de la revolución francesa y de la etapa napoleónica es la administración pública y la burocracia como grupo social resultante de la gestión gubernamental. El exceso de personal ha provocado el fenómeno de la burocratización que entorpece el funcionamiento del Estado.

       
  • Por eso se argumenta que la Revolución fue el semillero del nacionalismo moderno, amén de que las acciones impuestas por Napoleón en los territorios conquistados contribuirán aún más al desarrollo del mismo, logrando que el nacionalismo francés evolucionara hacia el imperialismo que conseguiría su apogeo en 1810, con Francia como nación hegemónica, y que al mismo tiempo suscitara una oleada revolucionaria pero también el temor de los grupos más reaccionarios para quienes altar y trono era un programa más seguro que Estado y nación.

       
     
     

    Juana de Arco (1412-1431) es considerada heroína nacional y santa patrona de Francia. Unió a la nación en un momento crítico y dio un giro decisivo a la guerra de los Cien Años, en favor de Francia, por lo que su recuperación histórica se da en función de los servicios prestados al Estado y la Nación.

       
     
               
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