Las órdenes militares

 

 

 

Un fenómeno interesante de las Cruzadas fue la creación de las llamadas órdenes militares, quienes a la sombra de la religión, comenzaron a realizar una serie de funciones importantes en las Cruzadas, mismas que veremos a continuación. 

   
 

Templarios

 

Durante el reinado de Balduino II de Jerusalén, se formaron las primeras órdenes militares. Ahí la disciplina monástica y las habilidades prácticas se combinaron por primera vez en el cristianismo. Hugo de Payns, un caballero de Champagne, fundó la primera de estas órdenes. Él y ocho compañeros viajaron a Tierra Santa para dedicar sus vidas a Cristo y colocar sus espadas al servicio de actos de caballería. El entonces patriarca de Jerusalén, Gormundo, les administró los tres votos monásticos de pobreza, castidad y obediencia, junto a un cuarto voto: proteger a los peregrinos en su camino desde el puerto de Jaffa hasta Jerusalén. Balduino II dio alojamiento a la compañía en la antigua mezquita de al-Aqsa, a la cual los cruzados denominaron como Templo de Salomón. De esa base de operaciones derivó su nombre: los caballeros templarios.

 

 

 

De regreso a Europa, el clérigo Bernardo de Claraval usó sus habilidades retóricas para impulsar el avance de los templarios. Así, con su ayuda, los templarios recibieron una regla y la aceptación del papa (1128). Bernardo atrajo nuevos miembros mediante su prédica y sus escritos sobre la “Nueva Caballería”, dedicada a Dios. Muy pronto, estos hombres armados, que portaban túnicas blancas estampadas con una cruz roja, se hicieron visibles en todos los estados cruzados y en toda Europa. Sus funciones en Oriente se extendieron con rapidez, en la medida en que los reyes les asignaban áreas estratégicas para salvaguardar. Construyeron castillos, que eran enormes fortalezas. Edificaron casas monásticas e iglesias redondas según el modelo de la Iglesia del Santo Sepulcro. Los que estaban en Europa tenían que reunir fondos para las actividades en Oriente y proveían servicios a los peregrinos. Al paso del tiempo, estos servicios incluyeron también la posibilidad de depositar dinero en un convento templario de Europa y retirarlo en el Levante, descontando un recargo por el servicio.

 

 

 

Estas actividades económicas llevaron a los templarios al dudoso negocio bancario, con lo que sembraron la semilla de su posterior destrucción.

 

 

 

Sello de los templarios, siglo XIII.
Fuente: Historia Universal, tomo 5, editorial Uteha Noguer. p.644

   
 

En el siglo XII, los templarios formaban una orden internacional de guerreros, independientemente del control episcopal y dedicada tanto a la disciplina monástica como al servicio militar. Edificaron una cantidad considerable de construcciones, principalmente fortalezas; prestaban protección y ayuda de distinto tipo a los peregrinos y participaron en batallas contra los islámicos, destacando por su valor.

   

Hospitalarios

 

Otra de las órdenes militares creada durante las Cruzadas fue la de los Caballeros del Hospital de San Juan, o los hospitalarios. Los hospitalarios no comenzaron como una organización militar, sino al contrario. Después de la toma de Jerusalén, monjes de la abadía de Santa María de los Latinos fundaron el Hospital de San Juan, dedicado a cuidar a los peregrinos enfermos. Con el aumento del movimiento de peregrinos a Jerusalén en la primera década del siglo XII, se incrementó la demanda del hospital. Llegaría en poco tiempo a tener más de dos mil camas y una cantidad respetable de hombres y mujeres que cuidaban desinteresadamente a los enfermos y a los moribundos. El alojamiento era muy especial: pocos de los pobres que acudían al hospital habían dormido en una cama, y ni hablar de consumir carne, verduras y vino, los platos habituales que les proporcionaban los hospitalarios. En 1113, los hospitalarios se convirtieron en una orden religiosa separada del monasterio de Santa María de los Latinos, pero no fue sino hasta más tarde cuando se involucraron en asuntos militares. En 1136, el rey Fulco entregó a los hospitalarios el control de una fortaleza cerca de Escalón. Posteriormente les llegaron otras responsabilidades: en el transcurso del siglo XII, les fueron entregados otros castillos, forzando a los hospitalarios a crear un brazo militar. A principios del siglo XIII las responsabilidades militares opacaron el cuidado de los pobres y los enfermos, pero nunca los extinguieron por completo.

   
 

Con estas dos órdenes los Estados cruzados tenían una presencia permanente y confiable de soldados expertos dedicados básicamente a defender el Oriente cristiano. Las órdenes militares proporcionaron una estabilidad que, de otro modo, no se habría podido mantener.    

 

 

 

Una fortaleza construida entre los siglos XII y XIII por la orden de los hospitalarios en Trípoli, Siria.
Fuente: Historia Universal, tomo 5, editorial Uteha Noguer. p.643

 

 

 

Caballeros teutónicos

 

Durante el sitio de Acre nació otra de las principales órdenes militares. Un grupo de comerciantes de Bremen y Lübeck se unieron en una fraternidad dedicada a cuidar a los enfermos fuera de Acre. Más adelante tomaron posesión del hospital de Acre, al que denominaron Hospital de Santa María de la Casa Alemana en Jerusalén, y continuaron su labor. La fraternidad creció hasta que se convirtió en una orden religiosa. Con la aprobación del Papa Clemente III adoptaron una regla muy parecida a la de los hospitalarios. La nueva orden fue militarizada en 1198 y asumió a la defensa de Tierra Santa. Los Caballeros teutónicos, como fueron llamados posteriormente, recibirían tierras en Levante y Alemania, convirtiéndose en un importante elemento de las Cruzadas en Oriente y Europa.

   
 
           
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