La colonización durante la República

   
 

Bajo el gobierno de la República, sistema que sustituyó a la monarquía y que promovió una mayor participación de la ciudadanía, se incrementó en forma paciente y sistemática el expansionismo y colonización hacia los pueblos vecinos en la península itálica.

 

 

 
 

La ciudadanía

La ciudadanía la obtenían los hombres libres nacidos en Roma y poseedores de propiedades y otorgaba los siguientes derechos: el sufragium, derecho a voto para elegir a sus representantes, el comercium, el derecho a establecer contratos, y el conubium, derecho a contraer matrimonio con mujeres romanas, quienes estaban exentas de la ciudadanía. Por su parte, el ciudadano tenía la obligación de pagar impuestos y de cubrir el servicio militar. Se obtenía la ciudadanía por herencia o por ser residente de Roma. Los extranjeros podían adquirirla por los servicios prestados a Roma, especialmente en el ejército.

 
 

 

 

Los romanos derrotaron primero, en el norte, a los etruscos, pueblo cuya cultura sirvió de base a la romana, y después emprendieron la ardua tarea de conquista hacia las colonias griegas establecidas en el sur de la península y que conformaban la rica y floreciente Magna Grecia. La prosperidad de este territorio avivó la codicia de romanos y cartagineses, estos últimos, antiguos colonos fenicios establecidos al norte de África que desarrollaron planes expansionistas en el Mediterráneo para ampliar su próspera actividad comercial.

   
 

Cabeza del dios Hermes, conocido entre los romanos como Mercurio. Esta figura de terracota formaba parte del templo de Veyes, importante ciudad etrusca enemiga de Roma. Los etruscos se desarrollaron a partir del s. VII a.C. en la parte norte de Italia y alcanzaron un alto desarrollo en sus ciudades y en el arte.
Fuente: Liberati Ana María ob.cit.p. 25

   
 

A partir de que Roma se enfrentó a Cartago en las guerras Púnicas, de las cuales salió vencedora, se evidenció la lentitud de los procesos conquistadores. Gran parte del éxito romano en sus empresas expansionistas se debió a la superioridad militar basada en las legiones: células de numerosos soldados reclutados para el servicio militar obligatorio; además, a la construcción de caminos que comunicaban a las ciudades de la península y daban acceso a los mares que la limitan (de ahí el dicho “todos los caminos conducen a Roma”). Hacia 265 a. C. Roma dominaba toda la Península Itálica.

   
 
           
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