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Además de los desplazamientos de romanos e itálicos a todas las provincias del imperio, es importante señalar las migraciones forzadas de miles de prisioneros de guerra convertidos en esclavos. Estos provenían de diferentes regiones y estaban obligados a trabajar en Roma o en provincias lejanas de sus lugares de origen. Ahí desempeñaban trabajos como mineros y fundidores de metales, constructores de caminos, remeros de las embarcaciones militares y mercantiles, servidores domésticos, artesanos en diferentes oficios, gladiadores, adivinos, poetas y músicos. En el mercado de Delos llegaron a venderse más de 10,000 esclavos en un día. |